Lo siento ,
lo he intentado,
pero no...
por mucho que me esfuerzo, no consigo
asirme a lo inconcreto.
Decir alma
y hablar
de un algo que me anima
y trasciende lo ruin de la materia.
Y creérmelo.
Sentirme la feliz poseedora
de algún prodigio cuántico,
misterio entretejido
por remembranzas, pálpitos , anhelos e intuiciones
y todos esos mimbres abstractos y volátiles
que integran la sustancia de los sueños.
Pero vivo en presente,
soy rehén
más que nada de toda la miseria
que acarrea mi cuerpo.
La carne no permite
que vulneren sus códigos.
La piel es sensitiva.
He intentado el nirvana
con un éxito escaso.
El dolor
-talla XXL-
se suele poner terco.
Quién pudiera
librarse de su garra,
convertirse en espíritu de una vez por todas.
Pero peco de incrédula...
Urdiendo indefinibles trampantojos,
verso triste a verso alicaído,
con engañarlo un poco
- y a ratos-
me contento