jueves, 1 de febrero de 2018

Mal y remedio ( XXXIII)

Treinta y tres... Treinta y tres... Señor doctor
¿ sabrá decirme la naturaleza
de esta dolencia que no da dolor
y vuelve un tiovivo la cabeza?

Pobre corcel del corazón.. Empieza
a subir y a bajar... Frío...Calor...
Treinta y tres... ¿ Treinta y tres??!!!! Si se tropieza
mil veces en la piedra del amor.

Flaco consuelo de esta desventura
es ser mal compartido entre los dos.
Ya desconfío en encontrar la cura
o en hallar mejoría con la edad.

No sé que opinas , yo, si quiere Dios,
quiero morirme con mi enfermedad

Conjuro ( XXXV)


No tengo tu poema todavía
y ya se acerca nuestro aniversario...
Aunque sea del todo innecesario
repetir el ritual, me gustaría.

No nos da para mucho cada día.
Apenas si es la cuenta en el rosario
que la vida , de un modo rutinario,
desgrana en lenta y triste letanía.

Sé que no es obligado el regalarte
algo de mí en forma de poesía
que no vas a leer. Pero es que ,aparte
de unos versos, no sé cómo hallaría
un color más sutil para pintarte
la soledad de dos en compañía.

Y es un conjuro: impide a la tristeza
trepar del corazón a la cabeza.

Memoria de Ítaca


Todavía conservo un recuerdo, tan tenue,
que a veces no consigo distinguirlo
de uno de esos sueños
con que quiere la noche
confundirnos, dejarnos desvelados
colgados de un enigma
y afianzarnos suyos.

Es de un lugar
en donde el cielo es siempre azul turquesa
y el aire tibio,
dónde las horas pasan
aromando tu vida de verdor;
donde el dolor no es nunca
esa coraza de espinas hacia adentro,
en dónde, por inútiles
los pañuelos no existen
y todas las mañanas
son mañanas de Abril.


Cada paso es un paso tras sus huellas
imposibles,
estrellas movedizas
sembradas al albur sobre un océano
que no tiene horizonte.

Rehén del oleaje,
juguete de los vientos,
de cuando en cuando recalo en las arenas ,
como una concha más,
y me entretengo
-estratagema hábil del cansancio.-
más que en contarlas en aprender sus nombres

Vuelvo después,
desoyendo los cantos
sensatos de la tierra que apetece mi cuerpo,
a dejarme a arrastrar a tenebrosos
submundos de medusas y sirenas
y a poner rumbo a casa,
retomando este viaje
-quién diría
que no tuviese prisa en regresar...-
que está tomando trazas de resultar eterno.

Ahora ya no sé
si debo aventurarme a ir sobreviviendo
de naufragio en naufragio,
reanudando de nuevo el camino hacia Ítaca
o abandonarme
y quedarme dormida de nuevo entre los brazos
de cualquier Polifemo.


Grita mi nombre

" ¿Me quieres , sí o no?”, ese es el modo
en que entiendo el amor, palabrerías
y medias tintas son, después de todo
pan para hoy y hambre diez mil días.

Hacer sofismas e ir filosofando
de ciertas cosas nunca es de recibo.
A un poco muerto nadie llama vivo,
si “casi me amas”, veme ya olvidando.

Grita mi nombre , la vida te enseña
que nadie tiene boca tan pequeña
que no proclame al aire su te quiero

Quiero un querer fundado en la ternura
y la pasión , que te aniquila o cura
porque ese ha sido siempre el verdadero.





El vuelo de Ícaro


Voy volando hacia el Sol alicaída,

no hay calor que contagie a un pecho umbrío

algo de su viveza , cuando el frío

en su interior ha hecho su guarida.


Pobre e incauta alondra atolondrada,

intentando paliar tu decadente

circunstancia ,te arriesgas a un oriente

abrasador y sales malparada.


Porque la pluma es seda, sutileza

que crepita arrasada cuando augura

un sino de ceniza y camposanto.


Frío o calor, sucumbe la belleza

a su fragilidad y esa tortura

de saberse fugaz nimba su encanto.


Regresa a la tibieza

del nido y mientras puedas adorna su clausura

con la cadencia   alegre de tu canto.


Sálvese el que pueda!!!Canción cínica cantada con amargura


Historias intrascendentes
de buenas gentes
suelo escuchar.
Discos de consumo,
humo,
envuelto en bolsas de celofán,
Le cantan a una mirada
que se quedó
grabada
en tu piel,
o a la llama enamorada
que arde en la boca de una mujer.

No pienso yo a estas alturas
tomar posturas
ni protestar,
me cogeré mi sardina,
buscaré un ascua y la pondré a asar,
total, para cuatro días,
es tontería
dejar la vida pasar,
que al que se muere , lo entierran
y no es seguro resucitar...

Estribillo
Pero es que además
el personal hoy ya pasa de todo
y no hay ningún modo
de llamar la atención,
ya no hay palabras que apunten con bala,
todo nos resbala
sobre el corazón.

Todos saben que en la Tierra
hay hambre , guerra,
 y enfermedad,
que en demasiadas naciones
no hay justicia
ni libertad,
pero eso queda lejano, 
y poco, hermano, 
 le importará 
 al que  come de caliente
y es obendiente
 con la autoridad.

 Que está agonizando el río,
triste y vacío
el monte está,
llueve plomo derretido
y , por lo que he oído,
se pudre el mar..
Con tal de que esto perdure
mientras yo dure
¿ Qué más me da?
Si en cien años , todos calvos...
échale un galgo...
¿Quién lo verá?

Estribillo

Las iglesias están mudas,
nadie lo duda,
se callarán,
cuando escupan los cañones
necias razones
y mortandad,
pero hay que ser consecuente,
que sobra gente
es la verdad,
resulta más eficiente
que un control indecente
de natalidad.

Estribillo

Más cuánto me gustaría
algunos días
dar marcha atrás,
seguir cantando y soñando
que hay esperanza
para la humanidad.
No sé si es de esperar tanto,
si es desencanto
o si es la edad,
que hoy solo sueño lentejas,
cama, pareja
y tranquilidad.

Estribillo







miércoles, 31 de enero de 2018

Relax

Resulta placentero
este abandono al suave nihilismo
de irse arrellanando blandamente
en la quietud sedosa de la semipenumbra
a ver como se claudica ,entre estertores
de una pálida luz ya desahuciada,
el día una vez más.

Sobre el cristal se van desdibujando
los reflejos dorados y ganan su terreno
poco a poco las sombras.

Dentro de mí , como mancha de aceite
va creciendo un desánimo.

Qué corazón no siente
la humana tentación de relajarse,
de prescindir del peso de la máscara,
con la que se procura mantener
el reto de ser siempre, bajo cualquier tormenta,
impávida,
una misma.

Es grato respirar,
hasta empaparse ,
las cadencias que pueblan el silencio
y no pensar en nada.

Mientras te va invadiendo poco a poco
una dulce y feroz melancolía.



Oda


Tocaba ya.

A veces es preciso
el recapitular,
volver sin miedo
a recordar los versos del poema
que ha sido nuestra vida,
aunque nos duela tanto
reconocer sus rimas disonantes
y su mediocridad.

Que nunca hubo
en sus amaneceres un destello
publicitando la promesa ilusa
de la felicidad, por el que andarse
malgastando en metáforas.
Ni en sus noches de Luna un ruin pretexto
para intentar un ripio bochornoso
sin sonrojarse, acaso
aquel tan socorrido
de noche con derroche...

Por no decir este que nos titila
como estrella en la punta de la lengua
de fulgor con amor...

Hay que mirar de frente
y glosar ,sin abuso de hipérboles ociosas
ni epítetos gloriosos,
su paisaje agostado por las pérdidas

Hay que atreverse a ver
que todo ha sido un irse desangrando
en aliteraciones
desastre tras desastre
que a pesar de ser campo de derrotas,
solar de los quebrantos,
ahí es donde medran
y en silencio florecen las gestas más heroicas.

Mi escueta circunstancia
es toda una epopeya
y ,aunque escrita en prosa,
esta es, sin más, mi vida.

Y solo tengo esta.

Hay que obligarse a ver
con los ojos nublados por las lágrimas
la chispa de belleza que destila
por los cuatro costados la férrea arquitectura
de su fragilidad.

Hay que aprender a amarla sin reparos
aun incluso a pesar
de todos los pesares.

Hay que unir
nuestra voz a la brisa y atreverse
a ser su pregonera.

Hay que entonar la oda deslumbrada
por el asombro ante prodigio efímero
de su mera existencia hasta que nos alcance
el pulso y el aliento.

Mientras quede
una sola palabra en nuestros labios
que violentar a golpe de fervor,
de autenticidad,
de descaro, de loco atrevimiento...

...de aceptación, incluso.

O más allá,
de inútil rebeldía.



Nido, puerto



El amor es un pájaro en libertad
que hace sus nidos en ramas verdes.
El amor es un pájaro, viene y va,
porque cautivo se muere.

El amor es como una paloma
que aunque abandone el palomar,
cuando llegue la noche,
regresará.

Déjame a mí ser el ave, sé tú el nido,
déjame que abra las alas y eche a volar,
que el amor nunca le teme
a la libertad.

No hay quien encierre
entre cuatro barrotes al viento,
no intentes nunca unas alas cortar,
tú has de ser siempre mi nido y mi puerto,
yo seré la pluma
y la espuma
del mar.

El amor el barco que se hace al mar
jugueteando entre las olas,
el amor es la barca que va a buscar,
cantos y encantos de caracolas.

El amor es la nave que deja el puerto

ansiosa  de  Sol, de espuma, de olor a sal...
pero al llegar la noche
regresará

Déjame a mí ser velero, sé tú bahía,
déjeme que abra mis velas de par en par,
que el amor nunca le teme
a la libertad.

No hay quien encierre
entre cuatro barrotes al viento,
no intentes nunca unas alas cortar,
tú has de ser siempre mi nido y mi puerto,
yo seré la pluma
y la espuma
del mar.

martes, 30 de enero de 2018

Pequeña tragedia


Las pequeñas tragedias,

esas grandes  e íntimas catástrofes
,
que a todos nos sacuden,

se gestan en silencio.


Y le suelen pasar inadvertidas

al ojo que prefiere distraerse

 contemplando a distancia el morbo  de sal

 gruesa 

y obviedad que le brindan


vodeviles menores.


Todo ocurre

de forma solapada.


Poco a poco

va creciendo la luz y se van despertando

los rumores del día.


El corazón, cogido por sorpresa,

acopla como puede su latido

al ritmo que demanda el colosal esfuerzo

de mantenerse vivo y coleando.


Y el cuerpo se acomoda

a ir recomponiendose

-un parche por aquí, por allí un buen revoco-

sus muchos desperfectos.


Ya estoy casi dispuesta

para seguir danzando mientras el alma aguante

el baile desquiciado de los locos malditos

que sonríen y giran sin estar nunca alegres.



Solo falta la música.


Solo queda por ver si es que los pájaros

se avienen a aceptar

elcompartir conmigo sus canciones


Si así puedo  eludir

el dolor de  saberme

una sombra que vive para honrar sus recuerdos.


Una tristeza andante,

que vaga solitaria por las calles del mundo

rodeada de olvidos.