Las
pequeñas tragedias,
esas grandes e íntimas catástrofes
,
que a todos nos sacuden,
,
que a todos nos sacuden,
se
gestan en silencio.
Y
le suelen pasar inadvertidas
al
ojo que prefiere distraerse
contemplando a distancia el morbo de sal
gruesa
contemplando a distancia el morbo de sal
gruesa
y obviedad que le brindan
vodeviles menores.
Todo ocurre
Todo ocurre
de
forma solapada.
Poco
a poco
va
creciendo la luz y se van despertando
los
rumores del día.
El
corazón, cogido por sorpresa,
acopla
como puede su latido
al
ritmo que demanda el colosal esfuerzo
de
mantenerse vivo y coleando.
Y
el cuerpo se acomoda
a
ir recomponiendose
-un
parche por aquí, por allí un buen revoco-
sus
muchos desperfectos.
Ya
estoy casi dispuesta
para
seguir danzando mientras el alma aguante
el
baile desquiciado de los locos malditos
que
sonríen y giran sin estar nunca alegres.
Solo
falta la música.
Solo
queda por ver si es que los pájaros
se
avienen a aceptar
elcompartir conmigo sus canciones
elcompartir conmigo sus canciones
Si
así puedo eludir
el dolor de saberme
una
sombra que vive para honrar sus recuerdos.
Una
tristeza andante,
que
vaga solitaria por las calles del mundo
rodeada
de olvidos.
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