Voy
volando hacia el Sol alicaída,
no
hay calor que contagie a un pecho umbrío
algo
de su viveza , cuando el frío
en
su interior ha hecho su guarida.
Pobre
e incauta alondra atolondrada,
intentando
paliar tu decadente
circunstancia
,te arriesgas a un oriente
abrasador
y sales malparada.
Porque
la pluma es seda, sutileza
que
crepita arrasada cuando augura
un
sino de ceniza y camposanto.
Frío
o calor, sucumbe la belleza
a
su fragilidad y esa tortura
de saberse fugaz
nimba su encanto.
Regresa
a la tibieza
del nido y mientras
puedas adorna su clausura
con
la cadencia alegre de tu canto.
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