!Ale hop !
¿ Dónde fue la tersura
de la piel,
aquel pétalo
que solía dejarse requebrar por la aire?
Fue en un visto y no visto...
¿ Qué mirada insidiosa
marchito tu inocencia?
¿ Quién borró tu sonrisa?
¿ Cuándo arraigó en tu ánimo
la semilla del miedo?
Como un hábil ladrón
de dedos codiciosos e insaciables,
nos desposee el tiempo de todo lo que fuimos,
de todo lo que amamos.
Hasta que llega el día en que sin darte cuenta
reparas en que ya solo posees
unos manos vacía,
unos ojos escépticos.
En que a pesar de tantas oquedades
que han dejado las pérdidas
te pesa el corazón.
Y más que nada abruma
esa mudez del aire detenido
acechando algún eco que disipe
la sensación inmensa
de soledad.
De yerto
territorio asfixiado en su mutismo,
al que nunca conforta
ninguna voz humana.
Llorarías,
si es que acaso las lágrimas sirviesen
para hacer florecer a los desiertos.
Callas
e intentas escuchar, tendiendo redes
atentas con tu oído.
Por si es que todavía
el cielo te concede un último milagro
Por si puedes aún recolectar
de este espacio vacío sin rumor que te envuelve
los grumos del silencio.
Reinventar el sonido
primero,
elemental
indispensable.
Volverte a oír por dentro.