martes, 29 de mayo de 2018

Parque encantado


Tiene sus sauces llorones,
su estanque, su rosaleda
su sombreada alameda
y sus mágicos rincones.
Tatúan cien corazones
cada tronco, y cada flor
conoce bien rumor
encendido e indiscreto
que lleva el aire en secreto
de tantos besos de amor.

Hay un arroyo ondulante
que susurra y un estrecho
sendero lleva derecho
al viejo puente colgante.
Te encapricha , paseante,
su embrujo y sabes que irás
a él a diario, porque estás
de su hechizo enamorado,
que tu parque está encantado.
Como todos los demás.



Los más viejos románticos ( XLI)


Érase un parque, un banco, una fuente...
Uno de esos rincones encantados
llenos de magia, en donde, enamorados,
nos juramos amor eternamente.

Me regalaste un libro y una rosa
aquel Abril en el que un primer beso
me robaste, tan tímido y travieso
como el roce de una mariposa.

Recorremos en tardes otoñales
doradas sendas, bajo la armonía
que los jilgueros crean con sus cánticos.

Ojalá que en los días invernales
paseemos al Sol del mediodía
de la mano, sintiéndonos los más viejos románticos.

lunes, 28 de mayo de 2018

Los visitantes



La señora rubia, la niña del lazo azul en la cabeza, el señor del bigote, la anciana con anteojos...
Qué extraña fascinación parecían sentir todos los visitantes del zoo por aquel hermoso animal , se diría que no pudiesen apartar los ojos de él, como si quedasen hipnotizados ante el magnífico ejemplar de tigre que ,desde el otro lado de la verja, parecía mirarlos a su vez, clavando las inquietantes pupilas de color ámbar en cada uno de ellos alternativamente
.- !Agggg...!!!
Se abrió su boca en un inconfundible gesto de aburrimiento.
.- “Definitivamente, el gordito de la gorra!...Ay...Si no fuese por estos barrotes...”

domingo, 27 de mayo de 2018

Los secretos del agua



Saber , nunca sabemos
nada
incluso ignoramos ,
-ineptitud supina -lo más elemental ,
del agua los secretos  .

Con qué sueñan las nubes,
cuánto dolor oprime
 su pecho de armazón algodonoso
al deshacerse en lluvia,
qué pasiones anegan el alma  de  las fuentes
que las obligan a brotar sonoras,
en que hondura abisal
anida ese furor  que embravece los mares ,
con qué ardor se consume
el corazón del hielo.

A veces vislumbramos
con un escalofrío
en el aire el misterio evocador
de nuestra realidad ,
el rastro tembloroso y placentero
que dibujan en pleno mes de agosto
sobre la piel sedienta
las gota refrescantes,
deliciosas,
redondas como uvas
que el cielo nos regala.

Y sentimos.

Y nos abandonamos,
dejándonos llevar por el instinto
que nos dice que somos también parte,
como la flor, el pájaro y la niebla
de un frágil mundo líquido ,
comulgando con ellos
en la celebración de que se escancie
con generosidad.

Y cerramos los ojos.

Y entendemos.





Suave talud del tiempo



Me siento tan cansada...
tan triste,
tan perdida...

No sé dónde buscar
alguna solución a mis problemas.

No sé dónde encontrar
un pecho que me acoja en mis pesares,
un beso que me alivie en mis desvelos.

Sumida en mi extravío
y en mi indefensión
ni a mí misma me hallo,
pues ya no soy la sombra de la sombra
de aquella que ayer fui
y por mucho que escarbo en la imagen difusa
de mi antiguo esplendor que guardo en recuerdo
solo hilachas de niebla
sin forma y sin sustancia
se me quedan pegadas en los dedos.

Y llegan las preguntas
que perturban mi espíritu.

¿ En qué gasté mi vida?

¿ Valió la pena amar
tan entregada y tan devotamente
a todos mis amores
para verme obligada hoy a esta tortura
de sumar tanta pérdida?

¿Fue sensato afanarse
con apasionamiento
en tejer imposibles encajes de palabras
para que languidezcan
y se vayan poniendo amarillentos,
olvidados de todos?

Mejor hubiese sido
sentirme piedra sólida,
muda , sin vocación
de andar redimiendo verbos intransitivos
y ajena a los afectos.

Y dedicarme a imaginar que hay nubes
de inefables colores,
 que cruzan y sombrean generosas
la sedienta heredad de los desiertos
en los que sobrevivo,
que ausculto los rumores de sus vientres de agua,
mientras sueño apropiármelos
al tiempo que disfruto de la tenue caricia
de una lluvia de Abril
sin ninguna mesura.

Siento que me diluyo
y me voy deslizando por el ineludible
suave talud del tiempo,
que me aboca a fundirme con el río
eterno e infinito de la nada.

Y no sé si lo siento...

Después de tanto afán  tan desnortado
quizás encuentre allí ,
el plácido descanso que ansío y me merezco.




Carne de ostracismo



Es vivir sumergido en las tinieblas
más sólidas, 
 creyendo
que el fulgor no se hizo 
para el ojo del mísero y el triste.

Es sentir
una pequeña ráfaga
de luz,
deslumbramiento
que hiere por sorpresa tu pupila .

Y que aun así bendices ,
porque en su brevedad
te llena de alegría, de belleza
y claridad por dentro.

Es presentir
que debes encontrar las palabras que pinten
con primor sus destellos, pues es obligatorio
cantar sus excelencias.

Es saber
que es imperativo irrenunciable
proclamar la verdad , gritarle al viento,
que existe tal milagro imprevisible
del instante lumínico,
capaz de redimir una vida abismada
en tal oscuridad
que  predispone
a  gozar a placer , cuando sucede,
con más intensidad  y  más asombro
de todo  el esplendor
feliz
de su misterio.

Es sospechar
lo inútil de tu empeño, condenado
a ser carne del más puro ostracismo
y la desafección.

Que está habitado el mundo , más que nada,
por sordos y por ciegos.