sábado, 2 de abril de 2016

Oficio


Yo  puedo
apacentar estrellas y ordeñarlas
  de  todo su fulgor  y fabricarme
con él un universo empavesado
con la luz de flamantes lunas llenas ,
donde todas las noches son propicias
para  hacer el amor,
para soñar
 que  la felicidad no se termina,
ni existe lo  imposible.

Puedo, de proponérmelo
cazar las musarañas 
que flotan invisibles en el aire
para domesticarlas  y lograr
que bailen imantadas a las disipaciones
que mi voz les inspire

Para rizar el rizo  ,también puedo
amaestrar silencios y obligarlos
a que cuenten por mí  lo que , prudente,
mi  corazón  se calla.

Pedirle al mar   que ruge
o al viento que susurra
sus timbres y ganarles por la  mano
 la baza a las tormentas
y a las provocaciones.

O urdir trucos de magia novedosos,
jugar con las palabras y sacarme  
de pronto de la manga  
un puñado de versos,
una amable sorpresa  de  humo y fantasía 
 que  surge ante los ojos y al instante
estalla y se disuelve

Es un oficio poderoso y triste 
este de ser poeta...

Ser capaz de  trazar la arquitectura
de todo lo inasible y esencial
y acabar , acosado a soledades, 
 persiguiendo en  el  centro del vacío
las  reticentes sombras de la nada.

jueves, 31 de marzo de 2016

Golondrina sin estación


Todo es corazón, 
todo termina,
lo mismo que comienza, en el latido.
Todo  adquiere   sentido
si su   cadencia   eufórica así lo dictamina.

Lo cruel del sufrimiento  inmerecido
de la dolosa espina
del amor,  lo trasforma en cristalina
canción que le regala al aire sorprendido.

Él nunca está dormido
ni se deja llevar por la rutina,
hábilmente su ritmo  compagina
al sueño del instante  en  que está  sumergido.

Todo es corazón,
fiel golondrina
sin estación,  que dentro del pecho hizo su nido

 Tenaz  delicadeza peregrina
sin alas, que imagina
alcanzar el eterno descanso prometido.

Ilusionismo



No es cuestión de  decir, es insinuar
secretos escondidos bajo el velo
de la palabra y con tal señuelo
conseguir lo impensable: emocionar.

Ser sugestión de encaje  sobre el mar 
o despedida al borde de un pañuelo
ácrata pluma en el azul del cielo
o febril moscardeo en el lagar.

Un poema es un  humo libertario
que nos siembra la luz de  trampantojos.
Ya sabemos que es solo una ilusión.

 Pero , al fin, ¿qué será más necesario?
¿ que la verdad   nos entre por los ojos
o  que  la sienta  cierta el corazón?

lunes, 28 de marzo de 2016

Tiempo incendiario


Ya sé que debería
hacer lo que conviene y  entregarme 
sin poner resistencia a la liturgia
del estremecimiento.

Que lo que toca ahora, 
la luz me lo recuerda cada paso,
es crecer y medrar  
 con total convicción.

Pero yo  ando instalada, 
en el regazo sobrio del invierno  
y hasta casi me gusta.

Su coraza de escarcha es un sitio seguro
donde nadie te exige
reverdecer  apasionadamente
y delatar tu flanco
más sensible  a los hielos.

Y ver como se agosta
de nuevo la esperanza.

Mejor dejar que pase  de puntillas ,
sin más celebraciones  ,
este tiempo incendiario  de  cánticos nupciales 
y pólenes lascivos 

Inexorablemente
conduce a la estación  en que el silencio
de los nidos vacíos es mortal pesadumbre  

Donde la lluvia llora 
sobre   el sudario deslucido y triste
que a la tierra le ofrendan las flores deshojadas.