martes, 12 de noviembre de 2024

Violentando a Violante


 

Aunque yo nunca he sido por Violante

acuciada, confieso que a porrillo

hago sonetos, sin que me atarante

ni se me mueva un pelo del flequillo.


Fue leer uno y en el mismo instante

sentí hundirse en mí ese colmillo,

a la vez sugestivo, lacerante

e irresistible, de su gusanillo.


Conque aquí me tenéis, en la tarea

de asir la musa, que revolotea

y hasta a ratos susurra en mi cogote.


 E incluso, si es que hay suerte, que la idea

no resulte confusa y que no vea

necesario añadirle un estrambote.


O sea,

ese pegote

que pretende cerrar lo desquiciado

con un perfecto círculo cuadrado.

Esa pizca de magia

 





Vivir ha sido siempre un desafío.

Intentar que no queden sepultadas

tus ilusiones, bajo toneladas

de desencantos, causa mucho hastío.


Masticar soledad, rumiar vacío

ocupan hoy las horas desveladas

de las interminables madrugadas

en que mi oscuridad radiografío.


Confiando en que la luz del nuevo día

me descubra un destello que abalance

mi equilibrio interior con su pamema.


Y que pueda exprimirle todavía

esa pizca de magia que me alcance

para escribir algún nuevo poema.