martes, 12 de noviembre de 2024

Violentando a Violante


 

Aunque yo nunca he sido por Violante

acuciada, confieso que a porrillo

hago sonetos, sin que me atarante

ni se me mueva un pelo del flequillo.


Fue leer uno y en el mismo instante

sentí hundirse en mí ese colmillo,

a la vez sugestivo, lacerante

e irresistible, de su gusanillo.


Conque aquí me tenéis, en la tarea

de asir la musa, que revolotea

y hasta a ratos susurra en mi cogote.


 E incluso, si es que hay suerte, que la idea

no resulte confusa y que no vea

necesario añadirle un estrambote.


O sea,

ese pegote

que pretende cerrar lo desquiciado

con un perfecto círculo cuadrado.

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