jueves, 18 de agosto de 2016

Estación de la mesura




A base de lamernos cicatrices
vamos consolidando la coraza
hasta que ya no son una amenaza
los besos ni los versos meretrices.

¿A qué tanto añorar tiempos felices?
Callamos que el sabor de su melaza
nos provoca la náusea y nos embaza.
comer, quieras o no, solo perdices.


Bienvenida, estación de la mesura,
donde la carne es cuero y ya no siente
ni frío ni calor, placer ni daño.

Qué libre se me antoja tu andadura,
qué solitaria... qué clarividente...
Qué malhallada, edad del desengaño

Y la lluvia me hirió



Y la lluvia me hirió...

! Quién lo diría!


Allí donde los pájaros no alcanzan,

¿ Cómo he yo de llegar? ¿ Con qué reclamo

he de hacer que las nubes se acomoden

a mi necesidad,

forzándolas a ser alas que sueñan,

llanto agraz derramado sobre Agosto?



Brote verde, temblor estremecido,

alberca de la sed,

yo la esperaba refrescante y grata

como una bendición.



Si la tormenta hubiese sido al menos

una devastación sin paliativos,

una pasión que todo lo devora,

que masacra de cuajo la esperanza

y el dolor a la vez...


Y la lluvia, de gotas insolentes,

repentinas y tórridas,

me hirió,

yo le devuelvo

un diluvio de piedras hacia arriba


Imprecaciones mudas,

un rosario

de reproches callados que se niegan

a ser debilidad

dando voz al lamento.


Quién sabe si en el ímpetu que suele

unirse a la impotencia hasta volverla rabia

consiguen alcanzar los márgenes del cielo.


Y en su silencio airado

lo retan a que sea compasivo

y envíe un aguacero de aquellos que nos salvan.


O si no,en su defecto,

una tormenta de granizo y furia.


De esas que apiadándose

de nuestra indefensión nos aniquilan.









martes, 16 de agosto de 2016

Acto de fe




Solo me tengo a mí,
a mí misma y mi carga de carencias,
para afrontar el juego tramposo de la vida.

Ya sé cómo las gasta en cada envite.

Y tengo miedo.

Es así de sencillo:
tengo miedo.

Tengo miedo a morir.

Tengo miedo a sufrir.

Tengo miedo a llorar , por más que sea
de ojos para adentro.

Tengo miedo de ser únicamente
el sueño delirante de un dios de pacotilla
que disfruta el sadismo
de ver como me ahogo con mis lágrimas.

Tengo miedo a vivir
sin saber disfrutarlo intensamente

Tengo miedo a soñar,
sabiendo que tendré que despertarme

Pero el miedo mayor,
el que me aterra,
es quedarme alienada en la conformidad
de ser pura parálisis.

Tengo miedo
a no arriesgar bastante para ganarme a pulso
el derecho a las alas para alcanzar mis sueños.

Esos que quedan siempre
diez miedos más atrás .

Catorce o quince vidas por delante.


*******

Sé que debo correr
¿ pero hacia dónde?

¿Qué brazos,
allá donde los márgenes avisan del abismo,
estarán esperándome ,
dispuestos
a dar cobijo a todas mis derrotas?

¿ Qué afecto
inspirará esa palabra justa
capaz de consolarme?

Solo me tengo a mí y a mí flaqueza.

Y a mi retahíla de temores.

Pero aún sigo aquí.
De pie ,
apostando fuerte
el adarme de fe que ya no tengo,
con los ojos brillantes y la sonrisa puesta.

Demostrando que existen los valientes
los tenaces,
 los necios,
los ilusos...


Los locos.

Los milagros.