sábado, 25 de junio de 2022

Evocación sonora (Algo que celebrar)


 

Rebusco

algo que rescatar de entre las ruinas

de esplendores pasados

que merezca el esfuerzo de componer un canto

con el que celebrar

que aún amanece.


Los días que se fueron

dejaron tras de sí tanto destrozo

dentro del corazón

y tanta miel

añeja,

resabiando

y forzando a que intenten

esbozar un atisbo de sonrisa,

apenas mueca triste ,

los agrietados labios...


Los recuerdos más dulces

se transforman en grumos de nostalgia

cuando es igual la luz

- sopor deslavazado-

en cualquier estación

y es una gravosa presencia sobre el aire

el cortejo de ausencias.


Febrilmente rebusco

algo que celebrar,

pero tan solo

encuentro en el baúl de la memoria

gozos rancios

felicidad marchita,

flores que entre los dedos

se deshacen,

polvo del que se nutren

suspiros y desgana.


Por suerte todavía

resuena en mis adentros

la nota que acompaña, tenaz a mis latidos

desde que me conozco.


El germen de la música que canta

por que sí,

por el gusto

sencillo de cantar.


Que hace que la sangre

vuelva a correr caliente por tus venas

como en aquellas noches de verano

de perseidas, cigarras

y carne florecida en plenitud.


Evocación sonora

de toda la pasión y la hermosura

con los que un día el cielo te bendijo.


Sanadora evasión,

que si no te devuelve intacta la alegría,

consigue hacer al menos

algo más llevadera la tristeza.

Trampas al solitario (As en la manga)



No sé dónde mirar, no es muy seguro

echar la vista atrás, solo despojos

se ven en el camino, y el futuro

lo vislumbro  un  rodar  por  los  rastrojos.


Cuando a tu alrededor triunfa lo oscuro,

no es una insensatez cerrar los ojos

y elevar tras los párpados un muro

lleno de coloridos trampantojos.


Porque la vida sigue, indiferente

a tu angustia, avanzando diente a diente

y no hay quien se libere de su rueda.


El don de regresar a la alegría

a base de ceguera y fantasía

es el as en la manga que nos queda.