miércoles, 14 de julio de 2021

Desde la otra orilla


 

Nadie nos advirtió cuando nacimos

de este sino infausto de almas navegantes.


Condenadas a ir vagando eternamente

en busca de una playa con ocasos de ensueño

poblados de gaviotas

y a la que la fortuna traiga con la marea

alguna otra alma solitaria.


Lo malo no es vivir

de naufragio en naufragio

y llevando los restos de la sal

aguándonos los ojos.


Lo triste es  encontrarnos - por enésima vez-

varados en la arena y descubrir

que nuevamente estamos

lo mismo que el principio


Solos,

siempre,

mirando,

con la pupila ingenua,

hacia la otra orilla.