miércoles, 20 de agosto de 2025

Nunca podrás saber


 

Nunca podrás saber

lo que es el miedo,

nunca podrás saber

lo que es sentir

que cae sobre ti la mitad del cielo

y no puedes correr

ni hay a dónde huir.


Nunca podrá saber

cómo quema el frío

sobre la piel que sabe del desamor


Y que hay palabras que cortan como acero

allí , dónde más duele,

con toda precisión.


Cuatro palabras, ese “ Ya no te quiero”,

que dejan malherido

a un pobre corazón.



Nunca podrás saber

lo que es tristeza,

nunca comprenderás

lo que es sentir

que hay una nube gris

sobre tu cabeza

y que un diluvio eterno

cae sobre ti.


Nunca podrás saber

qué olor a ceniza

arrastran tras de sí

y cuánta aflicción.


Esas palabras que cortan como acero...



Nunca podrás saber

cómo te quería,

nunca podrás saber

con qué devoción

hice de tu querer

toda mi alegría

y había puesto en ti

toda mi ilusión.


Nunca comprenderé

qué falta que hacía

el sumergirme, así,

en desolación.


Fue innecesario

aquel “ ya no te quiero”?

A veces el silencio

es la mejor opción.


Cuatro palabras,

cortantes como acero,

que hieren y aniquilan

un pobre corazón.

No sé si existe un ángel


 



Tacto de seda,

voz de cristal

alas que vuelan

en libertad,

manos que pintan

alrededor

un bello mundo en technicolor.



No sé si existe un ángel

creado a la medida para mí,

el ángel de los cuentos

con los que de pequeña me dormí,

no sé si hay paraíso

que merezca la pena conquistar,

o solo es que es preciso

tenerlo que soñar.


Lo tengo que intentar,

lo tengo que buscar

sé que si existe un ángel

yo lo voy a encontrar.


Una sonrisa

que regalar,

y una palabra

para sanar,

una mirada

de comprensión

de las que llegan al corazón.


No sé si existe un ángel.....

Irredimible





Los dones que acopié, a manos llenas

los fui despilfarrando, y hoy siento

un torbellino de remordimiento

corroyendo febrilmente mis venas.


Para rectificar, ya no es momento,

y las fuerzas me llegan para, apenas,

ahondar en el pozo de mis penas

y sepultarme en su dolorimiento.


¿Morir y reencarnarme? El corregirme

en mi supuesta vida del futuro

no es algo que consiga entusiasmarme.


Que,aunque aliente el afán de redimirme,

 en cien vidas, lo tengo por seguro,

mil veces más habré de equivocarme.