La
imagen que me muestran los cristales
tras
los que veo el mundo, difumina,
sutil,
la realidad y la ilumina
con
melifluos colores de auroras boreales.
Nada
importa que pinte por rutina
bondad
, belleza y paz universales
pues
la calcomanía de sus males
la llevo firmemente pegada en la retina.
Sobra
tanto dolor...falta el coraje;
ante la indiferencia, han conquistado
violencia
e injusticia el último rincón.
Pues¿
Qué le queda ya, sino el blindaje
de
un vidrio ignominioso y mal tintado
al
lúcido que quiera salvar su corazón ?
Y
emborronar, si acaso, ese paisaje
tan
terso y lindamente maquillado
con
un inoportuno lagrimón.