Cuando no son diluvios,
nos consume la entraña la sequía.
Si no llega un tornado a marearnos,
son ciclones...,
y los ávidos ojos de exuberantes selvas
nos acechan a diario.
¿ Alguien ha dicho tedio?
Coleccionar de desastres,tal es nuestra afanosa
y excéntrica rutina.
No hay tiempo que perder
en sacar procesiones
y menos para andarlo malgastando
en quejas ni lamentos
Hoy toca levantarse
y echar a andar,
- el paso firme y la cabeza alta-
dispuestos a tratar de defender,
con férrea decisión,
la humana dignidad.
Fuerza contra la fuerza pavorosa
con que arrasa la vida.
A pesar de la íntima certeza
de que suya será, más tarde o pronto,
la victoria final.
Definitiva.
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