domingo, 28 de mayo de 2023

Pálpito


                             Un halo de tristeza

me envuelve a todas horas con sigilo,

como una niebla tenue, que a la vez

ahoga y acaricia.


Lo respiro.


Me impregna.


O quizás sea él

el que se infecta con las emanaciones

a lesa humanidad desamparada

que exhalo.


Por instinto,

como todos los náufragos, rebusco alrededor

astilla a la que asirme.


Tiendo las manos y solo encuentro el aire.


Todavía me queda esta luz vespertina,

tan proclive a los pálpitos.


¿ Quién puede asegurarme

que en la hora más negra de la noche ya próxima

no han de brillar, queriendo ser un faro,

unos ojos repletos de ternura?


Solamente los muertos

entierran la esperanza.


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