No quisiera dejar , en un momento
de euforia irresistible y arrebato,
de mí un angelical autorretrato
sin rastro de ningún deslucimiento.
Me basta con usar como alegato
de mi existencia el único argumento
de que soy, vibro, sangro y nunca miento
cuando en mis versos plasmo su relato.
Por más que todos saben cómo aprieta
la vida muchas veces y el semblante
nos va dejando cariacontecido.
Prefiero dibujarme sin careta,
y arriesgarme a mostrar de cada instante
el surco emocionado y dolorido.
Recobra su sentido
recordarse pulsátil arcilla en la que imprime
cada arruga su estigma y al tiempo la redime.
No hay comentarios:
Publicar un comentario