Hoy
quisiera verterme en versos luminosos,
de
esos que al leerlos recrean la armonía
y
a crees nuevamente posible la utopía
de
que regresarán los días jubilosos.
Te deja la tormenta la mirada sombría
y
la voz tan repleta de ecos quejumbrosos,
que
solamente alcanzan para rimar ripiosos
poemas
que son himnos a la melancolía.
Pero al pasar, invita sobre el azul en calma
un
radiante arco iris a acrisolar el canto,
que
es único bálsamo que necesita el alma
Porque sí es que amanece y el corazón en medio
del
pecho aún palpita ¿que motivo hay de llanto ?
Lo
demás no es tan grave , siempre tendrá remedio...
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