domingo, 2 de abril de 2017

Mía





¡ Qué más quisieras tú que fuese tuya!

Dogal de seda
-por no decir lazadas corredizas -
nos ponen los pronombres posesivos.

Percibo como trepan
muslo arriba,
vientre adentro,
pecho a lo hondo,
buscando engatusarme la querencia .

Huyo,
como quien lleva el diablo, de destellos
de hirsutos alfileres
hambrientos de mi abdomen. De las celdas
pobladas de vacío, sin espacio
para el aletear de una sonrisa franca.

Que yo sepa
no me subasto al alza en ningún zoco
ni me alquilo por cuartos y mitades.

A veces, simplemente,
algún viento truhán me arremolina
la generosidad con las ideas
y entera me regalo.

Y eso no es ser de nadie.

Eso es a mí, sin más, me pertenezco. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario