Hoy
traigo el verso bronco
El
alma en carne viva
se
ha puesto su armadura.
La
palabra
tiene
un sabor metálico
y
es todo un suplicio
sentir
como se obstina en aferrarse
al
paladar reseco.
A
rotundo badajo
de
una vieja campana destemplada
movida
al albedrío de los vientos
suena
mi voz,
no
hay forma
de
saber si que repica
o
a muerto va doblando .
Y
aunque que su acento busque
con
ambición la altura,
ser
llamada a oración en la hora del Ángelus,
todo
se queda en salvas
disparadas
al aire.
En
un temblor difuso
que
trasmite emoción
y
provoca un revuelo de amedrentados pájaros.
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