Ser feliz por decreto no me mola.
¿ Quién dicta que por mucho que la vida
a diario me putee sin medida
debo decir ! Qué guay! y hacer la ola?
Danzar alegre como perinola
no me apetece cuando estoy jodida,
aunque al mostrarme cariacontecida
sé que me arriesgo a quedarme sola.
Pues si eso ocurre, no me solivianto
hace ya mucho lo aprendí, cualquiera
está dispuesto para ir de bares.
Pero a la hora de enjugarte el llanto,
solo si una amistad es verdadera
pone su hombro y oye tus pesares.
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