Cielo rojo.
Esplendor inquietante,
por más que nunca ha sido
presagio de tormentas.
Pero hoy se percibe un rumor sigiloso
impregnado en el aire, que electriza el ambiente
y alborota a los pajaros.
También a los de adentro.
No es fácil evadirse
del cepo urente de la incertidumbre.
No clamar,
suplicando que ocurra algo concreto.
Aunque sea un diluvio,
que sobre el corazón escancie calma.
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