lunes, 8 de septiembre de 2025

Lluvia ácida


 



Era tan placentero el escuchar

 el canturreo alegre de la lluvia,

acurrucada, allí,

a tu costado,

y dejarse llevar por su cadencia,

suavemente,

por rutas

de oníricos paisajes.


Nunca he vuelto a sentir esa envolvente

y grata sensación de dulcedumbre.


Ahora que, sin ti, la soledad

inficiona el ambiente,

la lluvia solo es letanía irritante

que despierta y afila

mis aristas más grises.


Su sonido monótono no logra

disipar el runrún recalcitrante

del silencio más ácido

y más devastador.


Ese que nos atruena

porque nos crece dentro.



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