Nunca será ya el aire, como era,
liviana
transparencia, perfumada
dulzura
para el pecho. Es despiadada
ambición
en la angustia de la espera.
La luz
sólo será la mensajera
al
alba de la pena renovada;
la
estación de la rosa deshojada
para
siempre será la primavera.
No
habrá risa, color, dulzor, tibieza…
Rindió
mi corazón al desconsuelo
el beso
frío que os hirió en la frente.
Vivir
es engañar a la tristeza ,
deseando
creer que existe un cielo
dónde
juntos gozar eternamente.
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