Es
hermoso soñar
que,
cuando ya no pueda  con su alma
este
cuerpo raído y agotado,
cerraremos
los ojos y entraremos
en un
reparador   sueño  profundo
sereno
y descuidado.
Y que 
después de un lapsus ,
un
suspiro
para
tomar aliento,
abriremos
 de nuevo nuestros párpados 
con la
mirada tersa
descansada
y feliz
de
aquel que acaba de dormir cien años.
Que
otra vez  tendrá la luz el  lustre 
de  lo
que se inaugura
y el
aire la limpieza transparente 
de
recién estrenado,
que
todo alrededor será una fiesta
de
risas y de abrazos, 
de
congratulaciones
celebrando
el reencuentro venturoso
con los
seres amados.
Que
tendremos la dicha,
esta
vez sí,
para
siempre al alcance de la mano.
Reconforta
soñar
que 
todavía hay algo,
una
quimera,
a la
que anclar   la dosis de candor
y  de
enloquecimiento suficiente 
para
seguir soñando.
Es
hermoso tener 
con los
ojos abiertos sueños vanos

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