sábado, 2 de diciembre de 2017

De pronto, la sorpresa


Nunca hubiera pensado
que el páramo llegara a ser el sitio
ideal para el lance en que la vida
te tiende su más pérfida emboscada.

De pronto, la sorpresa:
En la mitad del centro geográfico
exacto del ombligo
delicioso y perfecto de la nada
rasga los siete velos y ,desnuda,
se apresta a seducirnos,
brutal en su sencilla y lúcida evidencia,
la verdad.

Nunca hubo
ni habrá dónde huir.

Todas las sendas tienen
las huellas amañadas
Todo camino acaba por llevarle
de vuelta al territorio
inhóspito que habita en tu interior
donde de habitual sueles perderte.

No hay escapatoria,
por mucho que lo intentes,la frontera
de tu mundo es tu piel
y tu universo único la  pléyade
de pequeñas miserias guardadas alma adentro,
que tanto te acongojan
y que callas.

Solo un suspiro puede liberarte
de peso que te abruma y te sumerge
en el abatimiento.

Y soñar que consigue
llegar hasta la estrella que tus ojos contemplan
a través del cristal emocionado
delicuescente y puro de las lágrimas.




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