domingo, 22 de abril de 2018

Miserere



Hay veces que me invade la tristeza
y no sé bien por qué... de pronto siento
como un ligero velo macilento
de nieblas gris se posa en mi cabeza.

Cómo el latir del corazón tropieza
y se instala en mi pecho el sentimiento
de que la vida pasa y que el momento
de los adioses para mí ya empieza.

Como a mi alrededor el mundo adquiere
un color desvaído y se satura
el paisaje de ausencias clamorosas.

Cómo falta la gente que se quiere
en las fotos de hoy y te tortura
recordar que hubo horas más gozosas.

Presiento que se muere
algo dentro de mí, que el tiempo de las rosas
y los licores dura lo que dura...

Y después solo queda cantar un miserere.




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