lunes, 4 de junio de 2018

Abril incandescente



Después de haber pasado tantas tardes de estío
sintiendo naufragar en su marasmo tórrido
mis cándidos ensueños,
de haber sobrevivido a la zozobra
de conversar a solas con mis desilusiones
tantas noches de invierno ,
yo creía que estaba ya a salvo
de ahogarme en el diluvio de mis lágrimas.

Pero, he aquí que llega
Abril incandescente
y la sorpresa surge :
vuelve la primavera a requebrarme
la piel desamparada y sensitiva,
y la lluvia se instala
puntualmente en mis ojos .

Compulsivas,me brotan
caricias como orquídeas en los dedos
y besos como guindas me nacen en los labios
con la insensata y lúdica pasión por regalarse.

Mientras que , sutilmente,
el desencanto deja de ser esa neblina
que todo lo envenena .

Y en su lugar , fecundo,
un dulzor de aguamiel me inunda el pecho.





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