jueves, 15 de agosto de 2019

Aterrizajes forzosos


Quién dirá que no tiene un viejo anhelo
de conquistar el aire , sepultado
dentro de sí, que nunca fue olvidado
y florece en las noches de desvelo

Uno se sueña ingrávido, entregado
al ciego impulso de emprender el vuelo
hasta rozar las puertas de algún cielo
que en exclusiva tiene reservado.

Luego , con los destellos de la aurora,
cuando de despertar llega la hora,
es cuando te espabilas y aterrizas.

Y te ciñes de nuevo la armadura
de este ser de raquítica estructura
al que se empeña el mundo en hacer trizas.

De indomable criatura
capaz, aun siendo barro y luz oscura,
de arder y renacer de sus cenizas.


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