Ya no tengo ambiciones, solo aspiro
a que se pase rápido este día,
otro más añadido a la alcancía
de los que hastío cáustico transpiro.
Que no quede de él más que un suspiro
ahogado, que en el aire se deslía
y que al tiempo de fe con su agonía
de que la vida no nos da un respiro.
De que conviene hoy cerrar los ojos
y dejarse llevar por la indolencia
del no pensar , no estar, no ser acaso.
Se sobrevive obviando los despojos,
pruebas crueles de nuestra decadencia,
cuando se va camino del ocaso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario