martes, 6 de diciembre de 2022

Ceguera


 

Después de tanto andar

en busca de un atisbo

de luz,

sentirse a oscuras...


Y en ascuas.


Soportando

la mortificación por seguir preguntándose

si habrán sido los pies en su errar los que hicieron

tan errado el camino

o habrá sido el trazado tortuoso de la senda

el que torció tus pasos.


¿ Y hasta dónde la suerte?

¿ Hasta dónde tu empeño

de doblegar su brazo?


Lo mismo que vilanos, que en el aire

desbaratan los dedos de la brisa,

flotan las dudas.


Ciertas

no lo son ni tus huellas más patentes,

esos versos parduzcos

grabados sobre el barro.


La lluvia del olvido

no gasta miramientos.


Después de tantas millas,

tantas lágrimas

y tanto ahínco en el ensayo error,

todavía no sé a dónde voy

ni de dónde provengo.


Definitivamente

andar a tu albedrío, en libertad,

no es el ejercicio

más apto para ciegos.

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