lunes, 3 de abril de 2023

Futuro perfecto


 

Supongo

que este obsequio también viene en el pack

gentil que traen los años...


Acontece

que en estas largas tardes

que llegan con la nueva primavera

noto como me invade

una especie de inédita añoranza.


Poco importa que floten

esencias y reclamos,

semejantes a aquellos que en un lejano ayer

lograban seducirte,

cuando tu piel hoy sabe

que hay algo que le falta.


Qué no daría yo por recordar

cómo era aquella sensación voluptuosa

de tener a tu alcance

un futuro risueño y esperanzador,

que revoloteaba

etéreo ante tus ojos.


De poder atrapar entre tus manos

mariposas azules.


Y esconderlas

al abrigo en un lugar del pecho

para que te enseñasen

su oficio de crisálidas, capaces de tejer,

en el silencio,

alas.


De estar tan segura como entonces

   que todo el aire era

 un espacio propicio a tu conquista

y que un cielo expectante

esperaba por ti.


Y en un Abril de estos

de savia subversiva y aromas bullangueros,

en que la sangre manda,

quién no anheló amar

febril,

intensamente,

y dar sin condiciones

su corazón desnudo y desvalido

a quién así lo amara...


Sueños de juventud, tuvimos todos...


Fabulamos con ser protagonistas

de una historia de esas que merecen

llegar a eternizarse.


Luego, toca vivir

el momento presente tal y cómo te llegue

y el tiempo se encarga de hacernos regresar

a una realidad, que casi siempre es

más gris y más prosaica.


Pero no sé si es que la demencia

no debe tener cura

o será que de ilusa no se sale,

porque a estas alturas de la vida,

en que voy tan de vuelta, tan cansada,

después de pelear tanta batalla estéril,

de encajar cien derrotas y asumir mil fracasos,

todavía imagino para mí

un futuro perfecto.


Dormir eternamente

habitando las páginas de un libro,

oculta en el latido melodioso

 de un humilde poema de cadencia incendiada.

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