Otra vergel de rosas afligidas
destinadas a ser testigo del lamento
destinadas a ser testigo del lamento
que nace a la deriva y naufraga entre lágrimas
sobre cualquier acera.
Otro altar en que acoge la intemperie
las velas encendidas
y da luz a oraciones que se elevan
en busca consuelo.
Otra pregunta atónita
que atruena sobre el aire
Otra acasión perdida
de buscar las respuestas ,
arañando en la pátina manida de los tópicos,
del por qué del dolor .
Ese dolor inútil
que aliena , que es idéntico a sí mismo
en lo brutal e injusto.
Siempre igual de inhumana la jauría
de aquellos que no dudan en prestarle
a la cruel ignomínia sus manos y su alma .
Siempre igual de impactante la inocencia
que pregona la sangre de las víctimas.
Solo cambian los rostros y los nombres...
La forma de escribirlos
al guardar su memoria sobre la piedra inerte
de fríos mausoleos.
Solo cambian las fechas y los climas
El horror es el mismo.
E idéntico debiera
ser el pesar que a todos nos provoca
ver esos ramilletes de vidas cercenadas
junto a cualquier esquina
porque lo piden odio e irracionalidad.
Ver como nos colapsan,
un día...
y otro día...
y otro día...,
los vergeles de rosas las aceras.
los vergeles de rosas las aceras.
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