Hoy es mi obligación volverme ausencia
de aquello que más quiero y se me empaña
la mirada al hacerlo , pues la entraña
dejo a la vez prendida a su querencia.
No puedo demostrar benevolencia
ni siquiera hacia mí , conque con saña
me aplico en conseguir sentirme extraña
de la naturaleza de mi esencia .
Insensata sería si me enroco
tras mi carnalidad, cuando es sabido
que de mano he perdido esta porfía.
Mejor que se acostumbre poco a poco
el alma a desprenderse del latido
que ha de negarle el corazón un día.
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