Aún me quedan tantas
pasiones por probar y tantos lances
en que medir mi suerte y ver si es que me llega
el corazón para pagar el precio
que cuesta el rito absurdo
de apostar por para ver si es que le cabe
al cuero otra derrota...
Aún me quedan fuerzas
para arrancarle al aire cicatero
la voluptuosidad y la tersura
que el pecho necesita.
Aún me queda voz
-rota-
y desgarro
en el alma que pide ser zurcido a canciones.
Aún me quedan tangos que arrancarme
de las tripas a golpe de aguardiente
capaces de poner banda sonora
a la crónica negra
de cualquier arrabal barriobajero
Aún me quedan callejuelas sórdidas
oliendo tentación y a humores agrios
en que andarme perdiendo por las noches,
en los que escabullirme del acoso
ferviente de mi sombra que se crece
con mi oscurecimiento.
Aún me queda vocación de pérfida
mujer envuelta en bruma
que se olvida a sí misma y pone rumbo
hacia cualquier señuelo que suene a despropósito.
Aún me quedan puertos
en que desembarcar para entregarme
a todos los naufragios
Seguramente aún me quedan playas
en que varar mi pecio
y en que dejar ,a modo de nacaradas conchas ,
mis sueños enterrados .
Con un poco de suerte
es posible que a mi reloj de arena
aún le quede un celemín de tiempo.
Lo que ya no me queda
es ilusión.
Ni ganas
de tener que vivir en el intento.
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