Susurra la hojarasca,de los márgenes
de la vida asciende, inconfundible,
el rumor a cansancio , que pregona
cómo nos vence la caducidad.
Nada cuenta de aquel tiempo lejano
en el que bendecida de verdores
era puro esplendor, inflorescencia
consumiendo impetuosa su presente .
Acaso un subterfugio del olvido
lo ha enterrado , piadoso, en su memoria
para hacer menos pétrea su penuria
O quizás es que sabe que es inútil
añorar el ayer y solo aspira
a fundirse por fin con la quietud.
Allí donde no encuentre la ocasión
de perturbarla el mundo de los sueños.
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