¿ Qué
puedo yo añadir? Seguramente
todo se
ha dicho ya sobre aquel día
en que
el divino Hijo de María
entre
pajas nació, humildemente.
Que no
hallaron posada ,pues no había
caridad
en el alma de la gente,
que
hacía mucho frío y el relente
de
tanta indiferencia malhería
Que
sucedió el milagro: en el instante
en que
la madre sonrió a su hijo,
la
noche iluminó una luz radiante.
Y en
torno a ellos se volvió fragante
el
aire , emocionado regocijo
envuelto
en suavidad reconfortante.
Que
nunca un tierno infante
puede encontrar más cálido cobijo
que aquel regazo maternal y amante.
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