Dijiste:“
Bonito día”.
Yo, sin
pensarlo , asentí.
Pero el
cielo desmentía
nuestra
opinión tan gili,
porque
a cántaros llovía...
Me
mirabas, sonreía
y
añadiste , porque sí,
que el
Sol más claro salía.
Por más
que el agua seguía
cayendo
con frenesí,
no
ahogaba nuestra alegría.
Bajo
la llovizna fría
me
besaste y yo a ti
y el
agua se diluía .
Cielo
absurdo....No sabía
que
para ti y para mí
un
arcoiris salía.
Que en
sus celajes ponía
un
hermoso azul turquí
una
suave melodía.
El
canto de un colibrí
del
corazón nos nacía.
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