Tocad
la piedra, es cálida, casi tiene terneza
y
suavidad su tacto de piel adolescente
como lo
fue la suya ,en un condescendiente
afán
por retratarlos en toda su belleza .
Mirad
cómo se inclina tan delicadamente
con
gesto desmayado el tallo la rosa
que a
diario entre sus manos enlazadas reposa
y les
rinde tributo, perfumando el ambiente.
Y en
aire, hechizado , parece que tiritan
un
sinfín de suspiros y un rumor sugestivo
de
enamorados besos evoca lo emotivo
de dos
almas que a una respiran y palpitan.
Prodigios
diminutos, que a soñar nos invitan
con que
existe el milagro y su amor sigue vivo.
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