Ahora ,
al fin,
ya sé
la
auténtica razón que tiene el sinsentido
que es nuestra existencia
Vivimos
para ser coleccionistas
de
ausencias y silencios.
Para
ir aprendiendo a soportar
el
peso que a tu sombra
le da
la soledad.
A
intentar engañarla
susurrando
canciones que recuerdan
los
días más dorados del ayer
y
siempre suenan tristes.
A
volvernos expertos
en
el arte virtuoso de olvidar
todo lo
que conviene.
Y aun
así ser capaces
de
seguir aferrándonos con fuerza
al
cáliz de amarguras que es vivir.
De ser
tan insensatos
como
para apurarlo y proclamar
el
placer de bebérnoslo.
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