Y qué
si a mi me gusta perderme cielo arriba
por
caminos sembrados de absurdas ilusiones,
mientras
que voy dejando ,a base de canciones,
el
rastro iridiscente de un alma en carne viva.
A
quién puede importarle si tengo o no razones
para
buscar tan lejos la luz que me motiva
e
incluso de inventármela de forma compulsiva
cuando
la soledad me pisa los talones.
Y qué
si así me pierdo por esos vericuetos
de las
ensoñaciones , donde solo se atreven
los que
de todo afecto están desposeídos.
Nadie
conoce a nadie ni sabe qué secretos
guardan
los corazones ni de qué modo deben
perseguir
las quimeras que añoran sus latidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario