Llevo como un pesar, aquí , en el pecho,
que lastra mi existencia y me procura
doble
ración de angustia y amargura
sin que
me sirva de ningún provecho.
Mi vida es un camino entre barbecho
y
secarral , oyendo que murmura
la
brisa contra mí y allá en la altura
hay
solo oscuridades al acecho.
Tendré que reinventar la primavera
vestirme
mi sonrisa dominguera
y
ponerme a cantar una canción.
Nota a
nota mi carga se aligera...
Y
luego, pues que llueva lo que quiera ,
mientras
la paz me inunde el corazón.
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