lunes, 22 de julio de 2019

Entre el amor y la muerte


Píldoras de mil colores,
blancas ,rojas , coloradas,
azules y anaranjadas
nos recetan los doctores,
Remedios de los dolores,
la angustia, la depresión
los flatos o la la tensión...
Siempre habrá, sea el que sea
el mal, alguna grajea
que sirva de solución.

En este mundo moderno
hay pastillas para todo
pero nadie ha hallado el modo
de volver al hombre eterno.
Desde el útero materno
estamos ya condenados
a vivir acongojados
sintiendo como la muerte
nos acecha y nos convierte
en seres amedrentados.

Existir y convertirse
día y noche con denuedo
en servidores del miedo
no es mejor plan que morirse.
Conviene más persuadirse
de que no te ha de librar
de tenerla que palmar
tanta inútil aprensión,
más vale echarle ilusión
a la vida y disfrutar.

Lo malo es que siempre vamos
a tropezar en lo mismo,
el loco romanticismo
con que nos enamoramos.
y luego nos lamentamos
de sufrir esos angores
del alma , devastadores,
cuando tampoco hay pastilla
que obre la maravilla
de curar el mal de amores.

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