Puedo decir que he
visto
las pequeñas pisadas de los
pájaros
escribir delicados
jeroglíficos
sobre la nieve
y
rebrotar furiosas,
desafiando las
uñas aceradas del frío,
las flores
del almendro
- unas setenta
veces-
Y aun así cada
instante
que vuelvo la mirada hacia
otros años
solo consigo ver
rostros
al despedirse.
Es una buena
idea
hacer un relicario con las cosas
hermosas
-sus risas, por
ejemplo-
para llenar con ellas las
estancias sin nadie
que dé los
buenos días .
Talismanes de
luz,
que, alimentados
de
ilusión y esperanza, iluminen vacíos
y
en la voz nos despierten el impulso insensato
de
ponerse a cantar
en los tiempos
oscuros.
Que nos hagan
dormirnos
en los gélidos brazos de
la última noche
respirando
serenos.
Con el alma tranquila
y
la dulce confianza de que el gozo vivido
fue
tangible y perfecto .
Y es
nuestro para siempre.

Atreverse a ver más allá de lo obvio en toda circunstancia,rascando sobre el barniz hasta descubrir su cara oculta. Desacralizar los dioses , desmitificar los ídolos de barro, relativizar les pequeños dogmas. Y también ensalzar la belleza , la bondad y la esperanza que encierran las cosas más sencillas . Todo un reto, que nos ayuda a vencer la ayuda inestimable de la poesía.
miércoles, 23 de septiembre de 2020
Talismanes de luz
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