Discretamente nace
con rumor de alfaguara que promete
saciar toda mi sed
y redimirme
de pesar el latido.
Siempre en mi voz su cosquilleo urgente,
siempre rumiando su emoción vibrante.
Siempre es aquí,
siempre es ahora,
siempre
es gozar la certeza que me avisa
de que solo poseo el bien incierto
de este tiempo presente y su penuria
y tengo que exprimirlo
hasta agotarlo,
siempre
siento bullir bajo mi carne austera
su lúdico consuelo.
Siempre,
si el Sol luce o diluvia,
a su compás acoplo el semblante del día
y permito que su runrún vital
guíe mi sangre.
Siempre,
alborozada o triste,
dentro del corazón siento, obstinada,
una entrañable música que suena.
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