viernes, 1 de octubre de 2021

Rastro






 

Cada vez se vislumbra más precisa

- y más amenazante -

la línea que define el horizonte.


Y bajo el foco de la luz difusa

de los días menguantes, es difícil saber 

si amanece o se acerca

de puntillas la noche.


Pero intuyes

que si llega el crepúsculo, será para quedarse.


Lo demás, todo es

laberinto de dudas.


Hay que seguir vagando mientras quede un aliento,

rumiando el amargor que nos produce

la única certeza

de que la senda, aunque nunca lleve

hacia ninguna parte,

siempre acaba.


Con suerte, sus orillas

a ratos ameniza un rastro de emociones

invisible a los ojos.


Limaduras de amor

que la vida nos va descortezando

del corazón,

sangrante

y apasionadamente.


Solo eso

y un halo

de tristeza infinita

es lo que quedará cuando se apague

en el aire el rumor de nuestros pasos.


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