martes, 28 de septiembre de 2021

Lo inconcebible


 

Colapso.

Esa fue

durante mucho, por propia prescripción,

la idea inconcebible.


La palabra prohibida,

la que suena en la voz

a amenaza velada,

y hace estremecer los firmes fundamentos

que deben sustentar

-se supone-

tu vida.


Todo era espejismo,

una hipótesis vana,

absurda,

de tu ego.


Si hasta a la mismas piedras

las caricias del viento acaba transformándolas

en arenas que quedan sometidas

a su lábil capricho,

¿cómo no ha de ceder la carne hipersensible

al embate del tiempo?

Y si esta flaquea,

¿dónde podrá el espíritu

buscar algún cimiento para su arquitectura

de transparencia y aire?


Fue la debilidad

que habita en la materia

y la convierte en atractiva y frágil,

un temblor,

un desmoronamiento

anunciado,

un cumplir

lo que de ti esperaba tu destino.


Colapso,

esa es la maldita palabra impronunciable

que hoy me sangra en la boca.


También la más precisa,

la que mejor define lo que siento.


No hay comentarios:

Publicar un comentario