miércoles, 20 de abril de 2022

Paisajes pintados


 

Diremos

que ya estamos de vuelta,

que ha sido sumamente placentero

pasear por un valle que hechizaba

un olor de azahares.


Que fue muy dulce el fruto

de todos sus naranjos.


Que ha valido la pena

andar tan extraviados entre sus laberintos,

gastar tantos zapatos.


Callaremos

los guijarros que en ellos se metían,

cómo eran de agudas

las púas de los cardos.


Qué pródiga cosecha

de espinos florecientes,

regados a placer por nuestras lágrimas,

fuimos dejando tras de nuestros pasos.


Diremos que de un modo

oportuno y discreto

una pátina leve deposita el olvido

sobre nuestra memoria

y apenas si logramos distinguir

los retratos reales, muy vividos,

de paisajes pintados.


Diremos

que hoy el cielo es azul,

que abril regresa

a dibujar postales de esperanza

a nuestro alrededor,

que bullen, deseosas

de inspirarnos poemas de amor incandescente,

las musas del Parnaso...


Que todo es un augurio

de un tiempo de sosiego, sin aristas ni sangre.


Incluso ese temblor,

delicuescencia agónica,

de las pálidas luces que a lo lejos vislumbran

tus ojos al ocaso.


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