domingo, 15 de febrero de 2015

Creencias


Creí que eran flores,
rosas,
 lo que traías en tus manos,
una ofrenda de aquella que nos hace,
queriendo ser perfume entre requiebros,
condescendiente , Mayo.

Creí que eran flores
con las que ir tejiendo un primoroso
tapiz de complacencia y suavidades
que sobre la dureza de la vida
procurase blandura a nuestros pasos .

Creí que eran flores y eran solo
presagios escarlatas
que auguraban , angor sobre la noche,
la huella de un latido ensangrentado.

Creí que eran versos,
besos hechos palabra,
lo que había
temblándote en los labios
dispuestos a decirse
a riesgo de dejarte,
hermoso en tu descuido,
delante de mis ojos desnudo y desarmado.

Creí que eran versos,
pero eran
lo que te supuraban los resabios
de las historias viejas,
corrosivos
surtidores de agravios.

Creí que era amor
aquello que latía en tu costado,
un corazón en ascuas apurándose
por entregarse en toda
su pasión indefensa e imprudente
a otro corazón apasionado.

Creí que era amor
y era el deseo haciéndose un voraz
incendio a flor de carne ,
vehemente delirio arrebatado.

De creencias así ,sin fundamento,
dicen que está empedrado
el infierno en que arden hasta que son ceniza
las pobres almas crédulas
de los desavisados.

Que, por creer, creyeron
tan neciamente un día estar enamorados.





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