Ir persiguiendo sombras
es mi especialidad ,
tras la busca y captura de una huella
apenas insinuada sobre el eter
puedo pasarme la mañana entera
y parte de la tarde,
analizando
cualquier vicisitud en la cadencia
de su titilación,
que imita el centelleo
de un bullicioso enjambre de libélulas
Quedarme con tres palmos de narices
suele ser lo normal,pues son expertas
en escamotearse entre los pliegues
de la realidad y en disfrazarse
de oscuridades puras y concretas.
Pero a veces consigo
atrapar una al vuelo,
interpretar el gozo con que tiembla
la luz alucinada
al sentir el mordisco del encanto
de la fragilidad
y adueñarme del tenue secreto de su esencia.
Entonces sí que sé qué es ensimismarse...
Puedo pasarme así las horas muertas,
diseccionando el halo ectoplasmático
por hallar , si es que existe, alguna limadura
de gracia redimible en su adene
cuyo fulgor me inspire otro poema.
Suelo encontrar retazos de emociones,
pellizcos de ilusión,
lascas de ausencias,
alguna que otra pizca de alegría
que andaba despistada...
Y siempre,
siempre,
siempre
un rastro indefinible de tristeza.
Ir persiguiendo sombras
es mi debilidad
y la manera
que tengo de buscarme.
Pues ocurre que , carne de mi olvido
y de mi desazón,
incluso sin quererlo,
fatal e íntimamente me reconozco en ellas.
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